Hace ocho meses en zona rural de Funes fue descubierta la majestuosa caída de agua. Lo nariñenses hoy pueden tener un encuentro mágico con la naturaleza y la cultura ancestral del pueblo Inca, porque se ubica en zona del Qhapaq Ñan.
Cuando se piensa en hacer turismo, consideramos primero en salir del país o emprender rumbo hacia el centro de Colombia, sin darnos cuenta que Nariño, se consolida como el Corazón del Mundo, porque nos brindaba cientos de posibilidades y entre ellas, una que pocos conocen y que aparte de satisfacer el gusto de los viajeros, permite el contacto con la naturaleza y la cultura ancestral de los Incas.
En nuestro Nariño Turístico, resaltamos la Cascada La Chilidoña, un lugar del que solo se tenía referencias por las escasas fotografías que hoy circulan por internet, ya que fue descubierta por la comunidad hace aproximadamente ocho meses.
Para llegar al exótico lugar, primero se necesita viajar en vehículo desde Pasto hasta el municipio de Funes, en un recorrido de cerca de 45 minutos. Al arribar a la tierra de Las Mojigangas, se toma un camino rural y en aproximadamente 30 minutos se ubica en la vereda Chapal.
En este punto, comienza la aventura, puesto que ahí se origina una senda de tres kilómetros de extensión, que se puede recorrer a pie o a caballo y que termina en el cerro donde se encuentra ubicada la hermosa cascada La Chilidoña.
De principio a fin los visitantes se sienten cautivados, comenzado por que el hermoso paisaje que rodea a Funes y su zona rural, permite un contacto mágico con la naturaleza. Luego, porque a medida que avanzaba la caminata, varias estructuras de piedra cautivan la atención y con explicación de habitantes de la zona, se establece que son conservaciones del camino antiguo del pueblo Inca, lo que se conoce como el Qupaca Ñan y que es Patrimonio Mundial.
“El Qhapaq Ñan es una red de caminos rurales, que inicia en Chile y se extiende hasta nuestro Nariño, integrando a países como Perú Ecuador, Bolivia, y Argentina, territorio de una extensión aproximada de 60 mil kilómetros, que se denominó Tahuantinsuyo, donde Cusco (Perú) era el epicentro de los cuatro caminos que lo componen”, así lo explican los nativos, para que los turistas puedan tener un contexto de lo que significa esta maravilla cultural.
La verdad, mientras se va conociendo sobre las proezas de los Incas, el camino se hace corto y el cansancio se disimula, en menos de lo pensado se llega a la parte superior de una montaña y desde ese punto se divisa la majestuosidad de la cascada La Chilidoña.
Solo queda un descenso por un camino casi que inexplorado, porque como ya se había mencionado, este hermoso lugar fue descubierto hace apenas ocho meses y el camino para llegar hasta su parte baja está en construcción por parte de los campesinos y habitantes de la zona aledaña.
Todos los esfuerzos son finalmente recompensados, porque al llegar al lugar donde las aguas golpean contra las rocas, la naturaleza pone al descubierto su imponente esplendor y la brisa que se desprende de las frías aguas refresca los cuerpos cansados por el recorrido.
Desde la oficina de Cultura de Funes, los entes turísticos de la región y otras organizaciones, se está promoviendo el ecoturismo hasta La Chilidoña, por ello hoy se puede acceder a un paquete de servicios que incluye el recorrido a caballo desde Chapal hasta un punto ubicado a 200 metros de la cascada, almuerzo y para los que son más atrevidos, descenso en rapel cerca a las frías aguas.
Así es nuestro Nariño turístico, económico, divertido, cultural, ecológico y fascinante.