El mandatario Camilo Romero advirtió que esta vía solo reducirá, en el escritorio y momentáneamente, las cifras a un costo muy alto: la contaminación de los ecosistemas y las eventuales secuelas en la salud de los campesinos. Indicó que urge una inversión decidida, oportuna, ágil e integral del Estado además de una mirada internacional distinta, que pase del estigma contra las regiones productoras a medidas contundentes en los países consumidores.
Como una peligrosa puerta al pasado que no resuelve de raíz el flagelo de la coca y el narcotráfico calificó el Gobernador de Nariño, Camilo Romero Galeano, la decisión del Consejo Nacional de Estupefacientes de dar luz verde a la propuesta del Gobierno Nacional de adelantar, con drones, aspersiones aéreas con glifosato en este y otros departamentos del sur del país.
“Si van a insistir con fumigación les va a pasar lo que sucedía en el pasado. Asperjaban, reducían las cifras de manera momentánea y acababan con la vida en todas sus formas. Solo harán que las más de 50 mil familias, que se estima se dedican a esa actividad en Nariño, se trasladen a otros territorios a resembrar. Aquí hay que entender que se requiere una salida estructural ante un problema social y no exclusivamente criminal”, apuntó el gobernador.
El mandatario de los nariñenses enfatizó en que hay que superar el flagelo de la coca pero a través de vías que se fundamenten en una concertación directa con los campesinos.
Explicó que si bien la alternativa de la sustitución voluntaria planteó un ejercicio de diálogo, no despegó lo suficiente al ponerse en marcha desfinanciada y sin respuestas ágiles a las comunidades.
“La decisión de hoy es también el reconocimiento del fracaso de una política que se quedó en buenas intenciones, sin recursos y sin estrategia integral: la sustitución de Santos. Solo para Nariño se requieren más de 1.5 billones y se han invertido $54 mil millones”, añadió.
El gobernador dijo además que llama la atención que el Consejo Nacional de Estupefacientes avale el uso del glifosato, aún en condiciones menores en concentración, cuando hace tres años prohibió las fumigaciones con este químico al fundamentarse en un concepto de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer, IARC, de la Organización Mundial de la Salud, OMS, que advierte posibles efectos cancerígenos en la salud humana derivados de este herbicida.
En ese sentido, planteó que es incongruente que se trace ese camino cuando cifras del propio Gobierno Nacional reportan que pese a fumigarse con glifosato por 16 años, entre 1999 y 2015, cerca de un millón 800 mil hectáreas con coca, nunca se acabó con este flagelo en regiones como Nariño.