En la actividad, donde primó la integración y el trabajo conjunto, participaron más de 350 personas entre habitantes, soldados y funcionarios, quienes se unieron para recuperar los 9 kilómetros de la vía que une a este corregimiento con Pasto.
Ni el inclemente frío que acaricia las faldas del Volcán Galeras ni el desgaste de sus más de 76 años impidieron que don Julio Arcesio Martínez se armara con un azadón, pala y machete para ayudar a acondicionar los 9 kilómetros de aquella carretera serpenteante que se descuelga desde su hogar, en el corregimiento de Mapachico, hasta los pies del casco urbano de Pasto.
Motivado, pero con un aire de nostalgia al volver a esa misma vía que ayudó a labrar con sus propias manos hace más de 30 años, se sumó a los más de 300 hombres y mujeres que le dijeron sí a la minga comunitaria para demostrar que los caminos hacia un objetivo común se acortan cuando hay la unión de voluntades.
“Hace mucho que no participábamos de una minga pero me alegra que estemos retomando esta tradición tan bonita y necesaria para que entre todos nos colaboremos para superar nuestras problemáticas”, señala el agricultor mientras deja atrás con su machete la espesa maleza que brota a lado y lado de la vía.
Con su paso lento, pero bajo una firmeza inigualable fruto de su experiencia como campesino, da una lección a los niños y adolescentes que también han acudido a este llamado para ayudar a recuperar este sendero vital para sacar los productos que florecen en estas verdes praderas del corazón de Nariño.
“Lo importante es que no dejemos sola a la junta. Por eso en mi casa nos turnamos para estar en los tres días de la minga para hacer lo que sea necesario y así lograr que los carros y motos no se atollen por el barro que hay ahora en invierno”, dice al tiempo en que recibe un afectuoso saludo del presidente de la Junta de Acción Comunal de Mapachico Centro, Arnulfo Ulpiano García, quien lo invita, al igual que a los demás pobladores, a integrarse alrededor de la olla comunitaria dispuesta para el almuerzo.
“Esta minga nos hace recordar aquellas jornadas que adelantaban nuestros papás y abuelos donde se unían y todos ponían. En ese entonces, tal como lo estamos realizando ahora, se hacía merienda, el café y el almuerzo en fraternidad. Aquí están los campesinos y sus señoras compartiendo este rato ameno”,afirma el presidente de la Junta de Acción Comunal.
Para el dirigente, con la minga no sólo ha retornado la comunión sino la esperanza de inversión.
“Desde el 2005 con la declaratoria de zona de desastre no se había movido ni una inversión estatal. Ahora vemos que la Secretaría de Infraestructura departamental y otras entidades tienen todo el interés de acompañarnos y apoyarnos. Ahora cuando se habla de paz compartimos lo que dice nuestro gobernador de que ésta debe hacerse con inversión social”, asevera el líder quien recalca que la meta de ahora en adelante es realizar más a menudo estos espacios comunitarios.
Extenderán iniciativa
Para el Secretario de Infraestructura del departamento, Diego Olegario Arcos, es claro que este ejercicio, en el que la dependencia puso todo su respaldo además de una volqueta y un vibrocompactador, debe extenderse a otros puntos de Nariño.
“Hoy le estamos diciendo a la comunidad son 9 kilómetros de vía que podemos intervenir con la ayuda de todos en un trabajo de Economía Colaborativa. Aquí está la Gobernación de Nariño, la población, el Ejército a través del programa Fe en Colombia y otras instituciones alrededor de una chicha, un café y un almuerzo, compartiendo y trabajando unidos bajo el mismo objetivo”, puntualizó.
El funcionario explicó que la Secretaría de Infraestructura le apostará este año a replicar estas jornadas en distintos municipios del departamento. “Este es un piloto porque vamos a adelantar cada mes al menos una de estas actividades de Economía Colaborativa en los municipios y sé que con el apoyo de todos lo vamos a lograr”, recalcó.